Sucedió que en el mes de abril 2021 nos quedamos en tierra en nuestro barrio de San Fermín y para desafiar mi creatividad dentro del barrio hice una serie de paseos por el parque de Manzanares. Era el momento de observar la primavera, los árboles volviéndose todos verdes, las flores floreciendo, los deportistas y ciclistas haciendo sus actividades matutinas o viendo el atardecer desde mi cerro favorito. Y, francamente, encontré algunas inspiraciones a solo 15 minutos a pie de casa.
Incluso los días de lluvia revelaron algunos paisajes interesantes del puente sobre el río Manzanares por el que pasé tantas veces.
Mi siguiente revelación fue un callejón de cipreses que servía como un buen marco para la gente que pasaba.
Por primera vez en dos años terminé cerca del anfiteatro y de inmediato provocó una idea en mi cabeza.
Las mañanas durante la semana laboral serían el mejor momento para una ciclovía no tan concurrida donde todavía se pudieran ver deportistas singulares.
Incluso el tamarisco invasivo muestra su belleza con las flores rosadas.
Después de observar los pequeños detalles, me sentí bien al terminar el día en la cima de mi amada colina para una imagen más grande, con un paisaje urbano de Madrid desplegándose frente a mis ojos.
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